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Maratón Messier, una fiesta astronómica

Raidel Sosa Armas
20 marzo 2025 | 0 |
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Ya ha pasado una semana desde la anterior entrega de esta sección “Mirar las estrellas”. La entrega anterior compartimos un método para la construcción de un planisferio giratorio. Con este dispositivo usted puede familiarizarse con el movimiento de los astros en el firmamento, con las constelaciones y su ubicación en el cielo nocturno y con el aspecto general del cielo en cada estación del año.

Imagine ahora que usted se encuentra en la azotea de su casa o en su patio trasero y que dispone de un par de prismáticos o de un pequeño telescopio. ¿Qué objetos puedo observar? ¿Hacia dónde dirijo mi equipo? Estas son dos de las preguntas más frecuentes que se realiza todo amante de la astronomía en su etapa inicial. ¿Qué usted pensaría si le dijera que con ese pequeño equipo puede observar varias galaxias, estrellas en su etapa de nacimiento, enjambres de múltiples estrellas, o ser testigo de la muerte de otras tantas? Probablemente pensaría que le estoy tomando el pelo. ¡Pues no! En esta entrega les comentaré sobre una actividad que realizan miles de astrónomos en todo el mundo durante estas fechas y que usted, amable lector, está invitado a formar parte de esta. El Maratón Messier.

¿Por qué Maratón Messier?

Empecemos por el principio. Charles Messier fue un astrónomo francés que vivió entre los años 1730 y 1817. Su principal labor fue la búsqueda de cometas. En la actualidad se les conoce a estos astrónomos como cazador de cometas. Sólo hasta 1995 se habían descubierto unos 900 cometas. La razón por la cual este número de descubrimientos es tan bajo es debido a la lejanía, el pequeño tamaño y el bajo brillos de estos “pedruscos” de hielo. De esta cifra, a Charles Messier se le atribuyen alrededor de una docena, lo que representaba el 1,3% del total de cometas descubiertos hasta hace 30 años. Pero el aporte por el cual es mundialmente conocido no fue por su labor en la búsqueda de cometas.

Resulta que allá por el año 1758, el astrónomo francés estaba enfrascado en la búsqueda del cometa más famoso de todos los tiempos (1P/Halley) durante su “primera visita” predicha por el sabio inglés Edmond Halley. Mientras buscaba en una región en la constelación del Toro, Messier se distrajo con un cuerpo de apariencia nubosa y con forma de lenteja. Al comprobar que no se trataba de su objetivo principal, se dio a la tarea de catalogar la mayor cantidad de objetos semejantes por todo el cielo.

Su minucioso trabajo, no solo ayudó a los astrónomos de generaciones posteriores a realizar una búsqueda más eficaz de cometas, sino que fue un primer paso en la ubicación catalogación de los que se conocen hoy como objetos de cielo profundo.

Este primer objeto no era más que el remanente de una supernova, la cual fue reportada por astrónomos árabes y chinos allá por el año 1054 (fig 1). Por su apariencia se le conoce mundialmente como la Nebulosa de Cangrejo. Este objeto ocupa el primer lugar en la lista de Messier, por eso se le denomina M-1.

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Figura 1: Nebulosa del Cangrejo (M-1). Cortesía de J. Hester y A. Loll (Universidad de Arizona)

Esta lista siguió creciendo hasta formar un catálogo de 110 objetos. Su distribución es la siguiente:

  • – 39 galaxias
  • – 1 galaxia doble
  • – 28 cúmulos estelares globulares
  • – 25 cúmulos estelares abiertos
  • – 6 cúmulos estelares abiertos con nebulosidades
  • – 1 nube estelar
  • – 1 estrella doble
  • – 4 nebulosas planetarias
  • – 1 nebulosa de emisión
  • – 1 nebulosa de reflexión
  • – 1 remanente de supernova
  • – 1 Asterismo de estrellas (durante un tiempo se consideró como un cúmulo estelar abierto)

¡Comienza la carrera!

No es hasta 150 años después de la muerte de hábil astrónomo francés que se comienza a realizar actividades sistemáticas alrededor de estos fascinantes objetos. Durante finales de la década de los 60s, un grupo de observadores españoles comenzó a realizar esta actividad, aunque no las documentaron concienzudamente. A mediados de los 70s, Tom Reiland, Tom Hoffelder y la Asociación de Astrónomos Amateurs de Pittsburgh, crearon de forma independiente el Maratón Messier. Definieron a este como: “…una competición informal para localizar la mayor cantidad de objetos Messier por un solo observador durante una noche y madrugada”. Esta “fiesta” tiene lugar en todo el mundo durante los meses de marzo y abril, aunque puede realizarse en cualquier noche del año (fig. 2), siempre y cuando no interfiera la luz de la Luna. La razón principal es que, durante la primavera, las condiciones meteorológicas proporcionan una “ventana” de tiempo estable para este tipo de observaciones. La escasa nubosidad durante toda la noche y madrugada y la baja humedad relativa serán los “mejores aliados” del astrónomo amateur durante esta actividad observacional.

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Figura 2: Gráfica que relaciona el número de objetos Messier visibles durante una noche y madrugada, con los meses del año, para la latitud aproximada de Cuba. Tomada dl libro Messier Marathon Field Guide.

En Cuba, durante finales del siglo pasado y principios de este, hubo un fuerte movimiento de astrónomos amateurs. Desplegados por toda la isla, estos entusiastas realizaron múltiples observaciones, algunas de ellas muy serias, dentro de las cuales no podía faltar el Maratón Messier. Todos los años en el anuario emitido por el Instituto de Geofísica y Astronomía (IGA), se guardaba un lugar para las actividades de observación y de divulgación de la astronomía que realizaban los astrónomos cubanos. Muchos de estos grupos aún realizan dichas actividades, pero las dificultades existentes respecto a la transportación, no ha permitido que se realicen observaciones en conjunto.   

¿Puedo detectar a simple vista o con mi celular algún objeto Messier?

¡Por supuesto que sí! Si usted está en un lugar alejado de la ciudad o se encuentra en una zona urbana durante un apagón puede encontrar alrededor de 20 objetos de este catálogo a simple vista o con su teléfono móvil. Cuando se haga de noche (durante el mes de marzo) haga la siguiente prueba: Dirija su mirada hacia la dirección SSW y eleve su vista unos 600. Una vez hecho esto se va a encontrar con la constelación de Orión (fig. 3).

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Figura 3: Región del cielo donde se encuentra la constelación de Orión. Cortesía de Jean Carlos  Cruz, estudiante de 10mo grado del IPVCE “Mártires de Humboldt 7” de la provincia de Artemisa, tomada con un Samsung S22

Busque las “tres estrellitas que forman la espada del cazador” (fig. 4) La del medio no es una estrella, es una nebulosa difusa. Se dice que esta nebulosa es una “guardería estelar”. ¡En otras palabras, allí tiene lugar el nacimiento de múltiples estrellas, por lo que usted puede ser testigo de este majestuoso evento!

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Figura 4: Nebulosa de Orión (M-42 y M-43) y cúmulo estelar abierto del Can Mayor (M-41) tomada a través de un pequeño telescopio. Foto del astrónomo amateur cubano Ing. Antonio Alonso

Otro de los objetos Messier más famosos y fáciles de reconocer es el cúmulo estelar abierto (M-45) “Las Pléyades” (fig. 5), en la constelación del Toro. Si alzamos un poco más la vista, sobre la constelación de Orión aparece un grupito de estrellitas fácilmente observable a simple vista y que muchos confunden con el “carrito” de la Osa Menor.

Si tenemos suerte, en una fotografía tomada con la cámara de un celular, pueden aparecer objetos inesperados. ¡Si notan la presencia de un pequeño puntito abajo a la derecha, entonces están observando el planeta Urano!

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Figura 5: Cúmulo estelar abierto (M-45) “Las Pléyades” y el planeta Urano. Foto del autor, tomada con un Samsung A3

¿Aceptas el reto?

Aunque al principio, como todas las tareas, te puede resultar muy difícil su realización, una vez que comiences a reconocer las constelaciones (con ayuda del planisferio) la actividad de observación y fotografía del firmamento es realmente fascinante.

Existen muchas personas esparcidas por todo el país que realizan un trabajo muy serio en cuanto a observaciones astronómicas. Háganos saber en sus comentarios su ubicación y se le recomendará la visita y consulta a su astrónomo más cercano para que lo asesore en esta tarea. Si a principios de estas líneas leyó que el Maratón Messier es una fiesta astronómica, ahora queda usted formalmente invitado.


Referencias

Houston, W. S. (1999). Deep-Sky Wonders. Cambirdge, Masschusetts: Sky Publishing Corporation.

Pennington, H. C. (1997). The Year-Round Marathon Messier. Field Guide. Virginia: Willman-Bell, Inc.

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