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Cuidado de mujer o skin care

Redacción JT
19 abril 2025 | 2 |

Por Laidi Fernández de Juan/tomado de La Jiribilla con autorización de su autora

A las exigencias comunes a las cuales solemos someternos las mujeres, se suma ahora la moda del llamado “skin care” o cuidado de la piel. Consejos van y consejos vienen, una doble batalla se libra en nosotras: la de creer todo lo que comunican las redes, nos dicen otras víctimas, e incluso los médicos, por un lado, y por otro, el vaciamiento de nuestros bolsillos, sujetos a descarnados precios.

Todo indica que para disimular el estropicio que el paso del tiempo ocasiona en nuestra piel, es necesario despojar las ya escuálidas arcas privadas, como si tuviéramos que escoger entre un par de chancletas y cinco arrugas, un paquete de pan o tres patas de gallo, un picadillo de pavo o cuatro pecas en una mejilla.

Rectifico. No es una suposición, es una realidad. Por ejemplo, el serum de vitamina C cuesta lo mismo que dos litros de aceite, y el de ácido hialurónico, tres ajustadores. Por si fuera poco, la rutina del llamado “skin care” es materia para un post grado. Abundan los opinólogos, y cada día aparecen nuevos videos, nuevas recomendaciones con su material didáctico incluido.

Es entonces cuando nos percatamos de que todo lo estábamos haciendo mal, lo que se traduce en que botamos dinero y seguimos con las marcas de los años intactas. Y sin picadillo, sin chancletas y sin ajustadores nuevos.

Supuestos especialistas nos van instruyendo paulatinamente, y nunca damos pie con bola. Aparece en youtube un dermatólogo, por más señas especialista en tricología, o sea, un dermotricólogo quien además de insistir en que la vitamina C solo debe aplicarse durante la noche (otro había dicho antes que era mejor por las mañanas), que el retinol es ideal antes de dormir, y que es falso que el romero y el clavo de olor hagan crecer el cabello, (remedios naturales que llevábamos semanas aplicando en nuestra rala cabellera). Este dermotricólogo puntualiza en que debemos lavarnos la cabeza diariamente, en contraste con nuestra creencia de toda la vida de que el cuero cabelludo demora setenta y dos horas en secarse por completo.

Además, señala que si bien la crema de colágeno (carísima, como es de suponer) puede aportar algún beneficio, lo ideal es seguir los pasos del “skin care” y del cuidado del pelo como él sugiere. A saber: Lavarse todos los días la cabeza, con champú especial, seguido de acondicionador, máscara especial y luego utilizar crema de peinarse sin darse calor, aunque deja caer la información de que ya están disponibles en el mercado (sin decir cuál) nuevos productos llamados pre champú, los cuales, como su nombre indica, deben aplicarse antes del champú.

O sea, para lucir una cabellera abundante, lustrosa y sin frizz, este individuo sugiere cinco pasos :pre champú, luego champú seguido de acondicionador y de mascarilla especial, la cual debe retirarse con agua helada para que se cierren las puntas, no usar jamás secador y aplicar entonces una crema de peinar. Si queremos (así nos dice el muy desgraciado: si queremos…), podemos esparcir espuma aumentadora de volumen, y para concluir el proceso, un gel hidratante antes de peinarnos, que puede ser de sábila, de almendra o de aceite de oliva, aunque personalmente él sugiere el aceite de coco. O sea, que además de pasar cerca de dos horas para lavarnos el pelo, hay que quedarse no ya sin chancletas ni picadillo ni ajustadores, sino que deberíamos asaltar a un mipymero para obtener los cinco, los seis o los siete productos que el señor recomienda si queremos lucir un cabello abundante, lustroso y sin frizz.

A continuación, el dermotricólogo (que no es uno sino varios, porque son muchos los especialistas que nos ilustran con nuevas formas de disimular el paso de los años), nos explica el “skin care” en sí, que es más complicado aún que el lavado de cabeza. La rutina para el cuidado de la piel de la cara, del cuello y de la zona del escote parece diseñada para alguien que no tiene que hacer absolutamente nada en su vida, más allá de aparentar la lozanía que hace rato desapareció.

Para empezar, el lavado del rostro no debe ser ni con jabón ni con gel común, sino con un producto (por supuesto, muy caro) llamado “moisturizing facial wash” que promete una deep cleaning, una brighten complexion y un water locking porque contiene ácido hialurónico, ceramide y aminoácidos. Lo único que entendemos de tanta jerga es que con “eso” debemos lavarnos el rostro cada día. Mejor dicho, dos veces diariamente, ya que antes de dormir, debe repetirse el proceso que siempre inicia con el ”moisturizing facial wash”. Ojo: los productos que siguen al lavado no son los mismos para las 7 am que para las 10 pm.

En las mañanas, luego del wash toca, por orden, serum de ácido hialurónico, un tónico facial, una crema hidratante, la base para disimular imperfecciones, el gel para alrededor de los párpados, el corrector de ojeras y el imprescindible y todo poderoso bloqueador solar o sunscreen, de ser posible con factor 90 o spf de protección contra los rayos ultravioletas. Eso, sin contar con el maquillaje per se, que consiste en lápiz de ojos, crayón labial, rizador de pestañas, polvos, sombras y el denominado flushing o colorete de toda la vida.

O sea, que nosotras salimos a la calle (usando gafas oscuras, para no dañarnos las retinas y así retrasar las cataratas que nos tocan), con siete u ocho capas de más en el rostro. Casi irreconocibles. En la noche, vuelve el turno del lavado con el wash ya descrito, pero los productos son otros. Se recomienda un tónico nocturno que debe dejarse secar espontáneamente, para luego aplicar vitamina C o retinol dando ligeros toques estimuladores en el rostro hasta que la piel absorba todo, para entonces untar otra crema hidratante específica para la noche, que contenga vitamina E, colágeno y todo aquello que sea “anti aging”, como por ejemplo, niacinamida.

Nuestros pícaros fenicios ofrecen cuanto producto existe, juntos o por separado, y un ejemplo sería el llamado “Super combo” que incluye Limpiador más loción facial más serum más crema, más contorno de ojos, más gel, más loción corporal más velo facial más mascarilla más champú, más acondicionador especial, más máscara capilar, todo por el desopilante precio de 70 dólares o su equivalente de moneda nacional, que viene siendo el salario de dos semestres.

Una amiga a quien le angustia que su rostro y su pelo muestren los más de sesenta años que ya tiene, se dedica en cuerpo y alma (que significa en tiempo y dinero) a perseguir, a conocer y a actualizarse con regularidad sistemática de cuál producto nuevo aparece en el mercado, consagrando sus ingresos a la adquisición de dichas pócimas rejuvenecedoras.

Un día, harta ya de escucharle la letanía de cuánto, cómo y cuándo aplicaba sus milagrosos remedios, le dije que no sólo necesitaba tomar más calcio para su osteoporosis, sino que en honor a la verdad yo no notaba que sus arrugas hubieran detenido su vertiginoso avance (no le dije así sino “líneas de expresión”, como llaman los dermotricólogos).

Su respuesta me hizo comprender cuán hondo calan estos asuntos en algunas damas. “Imagínate cómo luciría si no siguiera al pie de la letra la rutina del “skin care”. Hablando en plata: No hay opciones para el envejecimiento. O te alimentas debidamente y añades suplementos vitamínicos a tu diario acontecer, y te vistes y te calzas como es debido, o consagras lo que queda de tu primavera a gastar hasta el infinito en aras de retrasar lo que ya existe.

La vejez o como dijo Borges “la humillación de envejecer” debe soportarse con dignidad, sin tanto emplaste ni tantos velos. Mejor aún sería apertrecharse de lámparas, de ventiladores y de linternas recargables en lugar de destinar lo poco que se tiene en artilugios cosméticos que poco o nada hacen, la verdad sea dicha.

Si bien es cierto que de noche todos los gatos son pardos, visto lo visto en materia de precios y de dificultades cotidianas, me parece un derroche inútil dedicarse a los cuidados de una piel irremediablemente sin colágeno en lugar de alistarse para continuar sobreviviendo sin electricidad, sin gas y con repetidas roturas en las fuentes de abasto de agua. Prioricemos las necesidades, digo yo. Porque la mona aunque se vista de seda, mona se queda. Abril, 2025.

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Comentarios

    Eusebio hdez 19/04/2025

    Puede hacer ejercicio en la casa, acostada en la cama. Y mejorará. También dormir unas 7 horas diarias y tomar agua.

    Vida 19/04/2025

    Parece una broma y es la realidad jajaja. Gracias a la excelente escritora por dedicarle el tiempo a un tema, que parece superficial, pero que no nos es ajeno.