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Desextinciones: ¿Debemos porque podemos?

Redacción JT
09 abril 2025 | 1 |
cachorros generados por genética

Por Manuel Vázquez

(En la foto, Rómulo y Remo es el nombre de estos cachorros creados por Colossal Bioscience (Imagen: Colossal Biosciences/Efe. Tomada de Faro de Vigo)


Recientemente la empresa Colossal Bioscience aseguró haber traído de regreso de la extinción a los lobos terribles (Aenocyon dirus), los cuales se extinguieron como especie hace algo más de diez mil años junto a otros integrantes de la megafauna del Pleistoceno.

   Es la noticia más reciente sobre esfuerzos concretos y sueños relativos a desextinguir animales desaparecidos antaño. Los proyectos con base real hablan de mamuts lanudos, leones de las cavernas, el dodo, tigres de Tasmania, etc. Los ilimitados sueños -que no se materializarán- incluyen, además de dinosaurios y reptiles voladores, a cuanto ser vivo majestuoso haya existido.

   Aclaro, criaturas majestuosas, pues en el imaginario colectivo aquellas especies que merecen una segunda oportunidad no deben ser feas, rastreras, o “insignificantes”.

   Entonces cabe cuestionarse, ¿tiene algún beneficio su implementación? y, si lo posee, ¿es ético o moral hacerlo?, ¿no será contraproducente?

   En general, -más allá de consideraciones comerciales o puramente emocionales-, los principales argumentos a favor de avanzar por esa senda son similares a los que se aplican a la conservación de las actuales especies: preservación o enriquecimiento de la biodiversidad; restaurar ecosistemas dañados tanto por causas naturales como antrópicas; valor para la conservación de especies actualmente en peligro de extinción y herramienta para la adaptación al cambio climático, pues, en principio, algunas de las especies revividas pudieran estar mejor adaptadas a las cambiantes condiciones ambientales que las actuales, aunque en su momento la selección natural las haya eliminado,

   Pero (siempre hay un “pero”, y en este caso son varios y bien fundamentados), como cualquier otro avance científico, la biotecnología aplicada a la resurrección de especies no está exenta de polémica.

  Entre otros, hay riesgos ecológicos, pues las especies resucitadas podrían convertirse en invasoras, desplazar a las nativas, o ser hospederas de enfermedades para las que las actuales no tengan defensas.

   No menos nociva sería la falsa sensación de seguridad ambiental que ello pudiera generar, pues de contar con repuestos para restañar fallas ambientales. Cabría preguntarse: ¿para qué voy a gastar recursos y neuronas en cuidar de un ecosistema, si al fin y al cabo, de desaparecer alguna especie que en él habite, la revivo cuando quiera?

   Por demás, la especie rescatada del olvido pudiera no ser “exactamente” la que nos propusimos desextinguir, pues más allá de retos implícitos a la manipulación genética, la expresión de varios genes puede depender de las interacciones con el ambiente. Aunque este último elemento pudiera carecer de relevancia desde el punto de vista social porque, como puede apreciarse ahora, estos lobos con pelo blanco obtenidos son para muchos, ni más ni menos, que los huargos de Juego de Tronos.

   De otro lado, parafraseando a Ortega y Gasset, un animal es él y su entorno.

   En general, los medios en que vivieron las especies que algunos desear rescatar de la muerte ya no existen. Sus presas o depredadores desaparecieron junto a ellos. Más aun, en aquellas especies que son sociales se perdió para siempre la experiencia colectiva -¿cultural?- acumulada por generaciones.

   También, pero ya casi en el plano especulativo, uno pudiera temer de consecuencias a priori imprevisibles tras la reintroducción de una especie extinta toda vez que cualquier medio ambiente –local o general– es un sistema no lineal donde pequeñas alteraciones “iniciales” … Bueno, ya desde la literatura nos alertó Jurassic Park.

   De cualquier manera, ya el genio está fuera de la lámpara, y como con respecto al cambio climático, con las potencialidades de la biotecnología la clave es autorregularnos y, si ello se evidencia como imposible, adaptarnos.

   En todo esto hay algo que parece claro a la luz de la historia tecnológica colectiva: los proyectos de desextinción no se detendrán y evolucionarán hasta niveles difíciles de imaginar hoy día. Sobran las motivaciones económicas, comerciales e, incluso, lúdicas, para ello.

   Así, luego de balancear riesgos vs beneficios, vale la pena preguntarse, ¿si somos capaces de revertir procesos de selección natural, es lícito hacerlo o no?

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Comentarios

    Yo 19/04/2025

    Excelente reflexión